Por Boimouro pasa un río, un afluente de mansa agua, un espacio verde con árboles y pequeños saltos entre piedras que hacen al agua cantar.
Para las personas viajeras que se acerquen a estos lares, pueden en sus aguas las fatigas relajar. Al detenerse en la vereda, poniendo atención a los sonidos del río, se llegan a escuchar las voces que el agua lleva, y en su suave cantar transporta hacia la mar. Sintiendo que todas las fatigas se las lleva este cantar, y nuestra alma se libera del peso que transportamos en nuestro largo caminar.
Habitación doble con baño. Ideal para despertar a un nuevo día, abrir el balcón y sentir el olor a hierba fresca y el murmullo del río por la mañana.
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